sábado, 20 de marzo de 2010

Nara

Nara es una ciudad que se encuentra a poco menos de una hora en tren desde Kioto, y uno de los principales centros turísticos de Japón ya que alberga una cantidad innumerable de templos y monasterios. Además fue capital de Japón durante un corto período durante la Edad Media, tiempo del cuál provienen muchos de los principales monumentos que posee, cuyo conjunto ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad.


Es muy sencilla de recorrer. Nada más salir de la estación, en la oficina de turismo puedes conseguir un mapa en español, cosa rara, con el que te puedes mover con gran facilidad.

Básicamente todos los puntos que ver, se encuentran alrededor de un gran parque, lo que hace de la visita un paseo muy agradable en un entorno natural espectacular.


Aunque sin duda, más allá de los bosques y los templos, los que son principales protagonistas de Nara son los ciervos! Hay muchos, muchísimos... leímos que hasta 1200... y están por todos los lados. Se ha convertido en el símbolo de la ciudad, lo cual, unido a su carácter de animal sagrado y mensajero de los dioses, hace que campen a sus anchas, siendo respetados por sus ciudadanos... 


De hecho, se han convertido también en un punto de atracción para los turistas, pudiéndose comprar en pequeños puestos unas galletas para poder alimentarlos... todo parece muy idílico... sin embargo, en cuanto te huelen que llevas comida en la mano, empiezan a perseguirte y como no les des algo fácilmente te embisten hasta que consiguen su parte... tiene su gracia!!!



En Nara pudimos también encontrarnos con algunos monjes peregrinos. Se pueden ver en algunas ocasiones, incluso en grandes ciudades como Tokio, siempre ataviados con una muy característica indumentaria. Se dedican a realizar rutas de peregrinación en silencio entre determinados templos, con el principal sustento de la ayuda que les proporciona la gente en la calle cuando están pidiendo, a los cuáles a cambio ellos bendicen.


Sin duda el monumento más importante en Nara es el Todai-ji, un precioso y enorme templo budista que ostenta el título de edificio de madera más grande del mundo. Es una maravilla! Tiene una enorme puerta que lo precede, y en el interior, se encuentra circundado por unos pasillos con pórticos y un enorme patio.




El edificio principal acoge el Daibutsu, una la estatua de Buda interior más grande que existe, con más de 15 metros de alto y 500 toneladas! Impresiona! Ello unido a toda la edificación hacen de este, uno de los templos más relevantes de Japón.


Cerca de allí se encuentra otro templo muy conocido, el de Nigatsudo, con una preciosa vista de toda la ciudad, y en el cuál se celebra cada mes de Marzo el Omizutori, una celebración en la que se purifica el templo mediante la quema por la noche de numerosas antorchas, que hacen que el templo parezca estar envuelto en llamas. Curiosamente, coincidió con el día que nosotros estuvimos allí... sin embargo, aunque lo intentamos, nos tuvimos que conformar con quedarnos muy lejos y no fuimos capaces de ver nada, ya que unas 25.000 personas acuden cada año a ver dicho evento... os podéis imaginar cómo estaba aquello..


En torno a esta zona arranca el parque de Nara... así, acompañado por los ciervos te vas adentrando en una zona de bosque que está salpicado por torii, faroles, templos y demás ornamentos religiosos. Todo ello en plena naturaleza, con ríos y lagos diseminados entre el bosque.




 

En el final del recorrido se encuentra el último templo importante, Kofuku-ji, que posee una llamativa pagoda. Allí pudimos ver, como a lo largo de todo el día, numerosos grupos de estudiantes japoneses, todos uniformados, que estaban de excursión con el colegio... al parecer Nara es uno de los viajes más típicos...


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