martes, 30 de marzo de 2010

Tokio, a vista de pájaro

Como sabéis en muchas zonas de Tokio la ciudad se vuelve vertical... de ahí que haya numerosos edificios que tienen observatorios desde los que se puede disfrutar de una vista increíble desde muy muy alto!!! 

Desde allí arriba te das cuenta de que la ciudad es infinita... da la misma sensación que al mirar al mar... las casas por el día, o las luces por la noche, se suceden hasta que se pierden en el horizonte...

Los días claros se puede ver el Monte Fuji desde la mayoría de los edificios altos, aunque ésto no sucede demasiado a menudo. Normalmente Tokio está cubierta de una neblina que, unida a la claridad cegadora que existe, hace que en ocasiones las vistas no se puedan disfrutar todo lo que gustaría...

Sin más palabrería, ahí van las mejores fotos que hemos hecho desde las alturas... no hay vértigo que valga!!
  • Tochoo (Tokyo Metropolitan Government Office) (Shinjuku) - Planta 45





  • Mori Art Museum (Roppongi Hills) - Planta 54
- Helipuerto donde se encuentra el observatorio al aire libre.


- Tokyo Tower.


- Todo el cogollo a la derecha es el área financiera de Shinjuku (zona oeste)


- Alrededores de Roppongi


  • Liberty Tower of Meiji University (Kanda) - Planta 23
- Kanda.


- Tokyo Dome.


- Shinjuku.


  • World Trade Center (Hamamatsucho) - Planta 40
- Tokyo Tower y alrededores (está muy cerca, a 10 minutos andando)


- Bahía de Tokio


- Os acordáis aquello de: "si no son MicroMachines no son los auténticos" :))) desde luego éstos lo parecen...


  • Restaurante EN en Shio-dome - Planta 42
- Bahía de Tokio y Rainbow Bridge.


- Mirando hacia Ginza.


  • Mitsui Building Shin-Kawasaki Planta 30 (o sea, desde mi curro :)
- Monte Fuji


- Yokohama

domingo, 28 de marzo de 2010

Fuji-san

Si había una cosa que teníamos en la lista de cosas por hacer en estas escasas dos semanitas que nos quedan en Japón, era intentar una vez más poder ver el Monte Fuji.

Como ya os contamos en otras entradas, lo habíamos intentado ya un par de veces anteriormente, pero en ambas las nubes nos jugaron una mala pasada y lo cubrieron casi por completo... por ello esta vez no podíamos arriesgar y tenía sentido ir únicamente si el pronóstico era sólo un solecito redondo sin nubes.

Vimos que el pronóstico para el sábado era con bastante frío, pero sin nubes, así que sin pensarlo dos veces, acompañados por Rubén y Nuria, decidimos poner rumbo al lago Kawaguchi. Este es uno de los cinco lagos que se encuentran a los pies del Fuji, y uno de los mejores lugares para disfrutar de sus vistas. 

Es de los pocos sitios en los que en tren la combinación no es buena, así que optamos por un autobús que te lleva en un par de horas desde la estación de Shinjuku. Como la experiencia nos decía que a medida que transcurre el día las nubes se van apoderando más y más de la cima del Fuji, cogimos el primer autobús a las 7 de la mañana con su madrugón correspondiente, 05:45 arriba, aunque con la esperanza de desnucarnos durante todo el trayecto.

Así fue, aún medio dormidos bajamos del autobús y vemos que está todo lleno de nubes, un frío tremendo, y medio nevando... ya hemos tenido más de una experiencia divertida con el pronóstico del tiempo, ya que como Japón se encuentra en mitad del Pacífico es muy variable y no es fácil de pronosticar... así que os podéis imaginar nuestras caras de... error!!!!

Con la esperanza de que fuera abriendo a lo largo del día, nos dirigimos hacia el lago, el cuál a primera vista decepcionó un poco, porque nos lo esperábamos más en mitad de la naturaleza.

Después de situarnos un poco cogimos un funicular, que te sube hasta un monte con unas vistas muy chulas del lago!

Las fotos te hacían pensar que la vista perfecta del Fuji iba a estar allí esperándote en la cima, sin embargo, la ese día estaba allí, pero detrás de un montón de nubes que lo tapaban todo y no dejaban que se viera ni un resquicio... las esperanzas empezaban a desvanecerse por momentos ya que el tiempo se suponía que sería mejor durante las primeras horas de la mañana y luego iría cubriéndose...


Después de un rato intentando empujar a las nubes para que se fueran moviendo hacia otro lado decidimos que allí no había mucho que rascar y desistimos, dirigiéndonos hacia el lago de nuevo...

Tras hacer acopio de unas cuantas cervezas, cogimos un bus hacia otra zona, desde la que empezamos a ver que el cielo se había abierto un poco más y se podía empezar a atisbar el Fuji... por lo que de nuevo fuimos recobrando la esperanza de poder ver algo...


El cielo se iba despejando cada vez más, ya se veía un poco... no os podéis imaginar la ilusión que nos hizo... parecía que finalmente no nos íbamos a ir sin ver absolutamente nada... además el entorno era precioso, perfecto para bebernos unas cervecitas, lástima que corría un viento que te pelabas de frío...



Fuimos paseando alrededor del lago y la cosa iba pintando mejor y mejor... poco a poco se nos iba descubriendo un poquito más...



Hasta que, de repente, cuando nos quisimos dar cuenta... no había prácticamente ni una nube alrededor... el Fuji se mostraba solemne, imponente, cubierto hasta la mitad de nieve y dejándonos disfrutar de esa forma tan característica que hace que los japoneses lo consideren la montaña perfecta.




El Fuji-san tiene 3.776 metros, y es el pico más alto de todo Japón. Históricamente ha tenido carácter sagrado y ha sido protagonista de la mitología japonesa, por la cual los dioses hicieron que este monte fuera el más alto. En realidad no es una montaña, si no un volcán, considerado activo aunque la última vez que entro en erupción fue en torno a 1700. Nosotros nos hemos quedado sin subirlo, porque sólo puede hacerse durante los meses de Junio a Septiembre. Al parecer merece mucho la pena, porque en la cima, puedes recorrer el cráter! Es una excusa más para que volvamos a Japón!



La verdad que fue mucho más guapo pasar de no ver nada al principio, y pensar que la habíamos cagado y que nos íbamos a marchar sin poder ver nada... al subidón de ir poco a poco viendo que finalmente ésta iba a ser la buena. Si hubiéramos llegado y hubiera estado ahí esperándonos lo habríamos saboreado mucho menos...


De ahí en adelante, pudimos seguir disfrutando de una vista perfecta, totalmente despejado incluso desde la estación al coger el autobús de vuelta.


Sin duda, por una imagen como esta, mereció la pena el viaje y los múltiples intentos... Japón no nos podía tratar tan mal!!! :))

sábado, 27 de marzo de 2010

Tsukiji

Tsukiji es el nombre del mercado de pescado de Tokio, la lonja donde más pescado se mueve a diario en el mundo. Se encuentra en el centro de Tokio, donde lleva ubicado desde 1935, sin embargo, actualmente hay en vigor una iniciativa para que se mueva hacia unas instalaciones más renovadas, el cual podría llevarse a cabo en un par de años a más tardar.

La actividad en Tsukiji comienza mucho antes de que salga el sol, por ello si quieres verla en pleno apogeo no debes llegar más tarde de las 05:00 de la mañana, ya que es cuando comienza la subasta.

Nosotros nos hemos acercado un par de veces, y es increíble ver el movimiento que hay a esas horas cuando tú todavía tienes las legañas tapándote los ojos. Es innumerable la cantidad de gente y de vehículos transportando la mercancía de un lado a otro.


En cuanto a la mercancía, sin duda el protagonista principal es el “maguro” o atún rojo, con el cual ahora mismo hay mucha polémica. El 80% del consumo mundial tiene lugar en Japón y es distribuida en Tsukiji como ingrediente básico de sushi y sashimi. Debido al incremento también del consumo en China, parece que podría llegar a extinguirse si no se toman medidas.


Aunque sea tan temprano, el número de turistas siempre es elevado, así que lo primero es intentar acceder a la subasta. Debido a esta afluencia, está organizado de manera que hay un pasillo desde el que se puede observa la subasta del “atún rojo congelado”.



Impacta a primera vista la cantidad de ellos que hay, así como el tamaño de los mismos, pueden llegar hasta a 300 kilos!. Pero lo más interesante es todo el ritual que gira en torno a la subasta. Hay unas horas marcadas, por lo que los minutos anteriores, un montón de compradores, todos ellos poseedores de licencia especial para poder comprar aquí, van “catando” los atunes... analizando la cola, el color y la textura, con el fin de decidir cuál sera la pieza por la que pujarán y el precio que están dispuestos a pagar por ella...




Llegada la hora, el encargado de llevar a cabo la subasta hace sonar una campana, de modo que todos los potenciales compradores se reúnen frente a él para poder llevar a cabo sus pujas. A partir de ahí comienza una ceremonia indescriptible de gritos, sonidos y movimientos, mediante la cuál cada uno de los atunes es asignado al mejor postor.



Una vez finalizado, toca recoger las piezas y llevarlas hasta los correspondientes puestos, donde se preparan las piezas para su venta al por menor.



El mercado es enorme, con un número incalculable de pequeños puestos que se van sucediendo unos a otros, a lo largo de estrechos pasos por los cuáles discurren a toda velocidad los carros motorizados. La acción es incesante, y la forma en que se lleva a cabo el trabajo sigue siendo de lo más tradicional...


Uno de los ejemplos más claros es la preparación de los atunes. Dicen que la clave para que el atún esté exquisito al comerse crudo como sushi, no es sólo la calidad de la pieza, si no en gran medida el corte del atún. De ahí que para diseccionar y aprovechar todas y cada una de las partes, el proceso de corte se haga con una meticulosidad y protocolo digno de una cirugía. Van introduciendo los diferentes cuchillos hasta que consiguen trozos perfectos.




Alrededor de la lonja se encuentra la parte exterior del mercado de Tsukiji, un compendio de estrechas calles con mutitud de pequeñas tiendas y de restaurantes bastante cutres pero muy caros, ya que tienen el pescado más fresco que se puede imaginar. De hecho es habitual encontrar largas colas en algunos de ellos, ya que una forma común de terminar la visita a la lonja, es ir a desayunar sushi. Nosotros cuando hemos ido no hemos tenido cuerpo de pescado a esas horas... También hay gente que para ahorrarse el madrugón, alarga la noche con unas cuantas copas y se animan a cerrarla a Tsukiji.

Realmente es impactante ver que en mitad de Tokio, a pocos pasos de la zona se Shio-dome (llena de rascacielos) y de Ginza (cubierta de muchas de las tiendas de moda más caras del mundo), se encuentra este mundo tan diferente. Uno más de los miles de contrastes que puedes encontrar en esta ciudad.

martes, 23 de marzo de 2010

JR, Suica y Shinkansen

Así por el nombre, seguro que muchos de vosotros os preguntaréis de qué va a ir la entrada de hoy, sin embargo los que han estado en Japón saben que estos nombres son compañeros de viaje fundamentales.

JR es la abreviatura de Japan Railways, que viene a ser como la Renfe japonesa. Anteriormente era la red de trenes del Estado, pero fue privatizada. 

En todo Japón, y principalmente en Tokio, el tren es el medio de transporte fundamental y las estaciones el lugar en torno al cual se desarrolla la vida. A medida que te alejas de las estaciones de tren, el bullicio se convierte en silencio, las aglomeraciones en calles desiertas y las tiendas y los neones en casitas bajas. Además condiciona todo el paisaje, con vías, puentes y estructuras repartidas por cualquier lugar de la ciudad.


En Tokio no hay un centro de la ciudad, sino que las zonas más importantes se encuentran alrededor de las principales estaciones de la línea Yamanote. Ésta es una línea circular de 35 kilómetros y con 29 estaciones, cuyos trenes verdes claro pasan con una frecuencia de unos 2 minutos. A bordo de los mismos, se accede casi sin excepción a cualquiera de las zonas importantes de Tokio, entre las que destacan las 6 estaciones principales, que son a su vez los 6 barrios más importantes: (norte: Ikebukuro, noreste: Ueno, sudeste: Tokyo, sur: Shinagawa, sudoeste: Shibuya, noroeste: Shinjuku)


Además de la línea Yamanote, la red JR de cercanías de Tokio se compone de unas 30 líneas, la mayoría larguísimas, que pueden llevarte hasta más de 3 horas de trayecto. El mapa es impresionante!



Sin embargo, no sólamente están las líneas JR, hay otro gran puñado de compañías privadas de tren. En Tokio y otras grandes ciudades, además también hay metro, aunque el tren le gana la partida en cuanto a importancia.

Considerando que en el llamado área metropolitana de Tokio viven entre 35 y 40 millones de personas (casi como en toda España!), se puede fácilmente imaginar que gran parte de las vidas del ciudadano medio, tenga lugar en el tren para desplazarse tanto por trabajo como por ocio. Ello tiene dos consecuencias: que la red tiene que estar preparada para soportar tal cantidad de gente, siendo los trenes larguísmos, con 15 vagones que en hora punta van llenos hasta reventar; así como que tantas horas hay metidos que aprovecharlas. Lo habitual es ver a los japoneses durmiendo, conectados a internet o viendo la tele desde sus teléfonos móviles, o leyendo manga. 



Los trenes son cómodos, con calefacción en los asientos, está prohibido hablar por el móvil, y están llenos de publicidad por todos los lados. Por suerte en Tokio, las paradas se anuncian no sólo en japonés, si no también en inglés, y el nombre de las paradas está escrito en nuestro alfabeto, lo que permite moverse con facilidad.



Sin duda lo que más llama la atención de la red ferroviaria japonesa es su puntualidad. Los horarios están perfectamente calculados, y son rarísimas las excepciones en las que existe algún problema que hace que el tren se retrase. De hecho, existe una página de internet, imprescindible para viajar a Japón, www.hyperdia.com, que te busca todas las posibles opciones para el trayecto que desees... es tal la precisión, que casi no hace falta mirar el nombre de tu parada, solamente con mirar la hora, si pone que llega a las 10:07, a esa hora bájate porque estarás en tu destino...


El secreto del buen servicio de las redes de tren la cantidad de gente que trabaja en cada andén, así como el entrenamiento al que se someten para llevar a cabo cada tarea. Cada vez que llega un tren, hay un empleado esperando dicha llegada, controlando las vías y realizando siempre el mismo protocolo. Por ello los incidentes y problemas técnicos se minimizan, eso sí, cuando esto ocurre, la situación se complica mucho, ya que la red de tren son las arterias por las que circula toda la vida de Tokio. 



El precio del tren no es barato, pero tampoco excesivamente caro, sobre todo acorde con la calidad del servicio. Se paga por recorrido, dependiendo de las paradas que recorras. Por ello, es muy cómodo hacerte con una tarjeta Suica para moverte alrededor de Tokio. Es una tarjeta a la que le cargas una cantidad de dinero, de modo que al pasar por los tornos marca por dónde has entrado, y al salir calcula cuál es el precio del viaje y te lo descuenta. De este modo, te evita tener que comprar cada vez el ticket con el precio específico de ese trayecto concreto.



Sin embargo la Suica no sólo sirve para el tren JR, si no que es válida en Tokio para cualquier compañía de tren, para el metro, para los autobuses e incluso para algún teleférico la hemos llegado a utilizar. Además se puede comprar en algunas tiendas con ella, en las máquinas de bebida, y cualquier otro sitio donde se vea al pingüino... Aquí os dejo un anuncio en el que a modo "ninja" se promociona su uso para comprar bebidas en una de estas máquinas.


Por supuesto, si se habla de los trenes en Japón hay que mencionar también el tren bala, el Shinkansen. Japón tiene la mayor red del mundo de alta velocidad, lo que hace que para moverse de un punto  a otro de la isla sea el medio de transporte más seguro, preciso y conveniente. De ahí que en algunos trayectos como Tokio-Kioto, la frecuencia de salida sea de unos 5 a 10 minutos, a pesar de que su precio no es en absoluto barato (110 euros por trayecto), y de que ni siquiera hay oferta de ida y vuelta. 



Existen dos tipos de tren bala, el Hitari, y el aún más rápido Nozomi. En el interior son ambos son muy similares... amplios y muy cómodos. Si ya las redes de cercanías son puntuales, éstos rozan la perfección, ya que su media anual de retrasos son sólo algunos segundos.


Por último otro gran amigo de los turistas, que no de los que tenemos el visado de trabajo... el RailPass, un abono sólo para extranjeros, que te permite durante un período de tiempo de una, dos o tres semanas, coger todos los trenes de las líneas JR por todo Japón, incluido el shinkansen. Sin duda, con un sólo viaje a Kioto o un poco alejado a los alrededores de Tokio ya merece la pena...