domingo, 24 de enero de 2010

Un día en el Sumo

Es una de esas cosas que teníamos en la lista de cosas que hacer durante estos meses en Japón, y por suerte lo miramos a tiempo y pudimos comprar las entradas justo el día que salieron, hace ya más de un mes, si no pillas ese día no hay manera. El motivo es que solamente hay 5 torneos nacionales al año, 3 en Tokio, 1 en Nagoya, 1 en Osaka y otro en Kyushu. El primero del año que se celebra durante 15 días en Tokio se llama Hatsu Basho.

Pensaba que todo el tema del sumo estaría bastante alejado del centro de Tokio, sin embargo, a tan sólo dos paradas de Akihabara, el barrio de la electrónica, está Ryogoku, donde se encuentra el estadio Ryogoku Kogugikan, con capacidad para 10.000 espectadores, y donde se concentra todo lo relacionado con el mundo del Sumo. La primera sorpresa me la llevé en la estación de tren cuando vi al primer luchador, un bicho enorme envuelto en un yukata, con una mascarilla y toqueteando el móvil... una imagen impactante!

A partir de ese momento, eran muchos los luchadores que podías ver por los alrededores del estadio y por las calles aledañas. De lo que estuve leyendo para ir un poco informado al evento, parece que la vida que llevan es bastante austera... viven en comunidad, comienzan muy temprano sus sesiones de entrenamiento, han que ser muy estrictos con la comida y las horas de sueño, y además hay muchos privilegios de jerarquía dependiendo de la categoría del luchador...

Fuimos acompañados de una compañera española de mi curro, de Mie y de una amiga suya también japonesa. Quedamos a las 12:30 porque la entrada te da derecho a ver todos los combates del día, que empiezan muy temprano, sobre las 08:00 y hasta las 18:00 de la tarde. Hay diferentes categorías, por lo que hasta las 14:30 más o menos no empezaban los mejores. Sin embargo nosotros entramos prontito y fue un gran acierto, porque a esas horas no había mucha gente y pudimos bajar hasta abajo del todo y ver algunas luchas casi a pie de ring y el túnel por donde salen los luchadores.

Después de empezar a saborear el mundillo y dar una vuelta por el Museo del Sumo que hay dentro de el estadio salimos para comer. Como no podía ser de otra manera, comimos Chanko Nabe, la comida típica de los luchadores. Un estofado con vegetales, tofu y carne o pescado dependiendo del tipo que sea. Hay muchos luchadores, que tras retirarse, regentan este tipo de restaurantes. La verdad que estaba muy bueno, pero era menos consistente de lo que esperábamos... imagino que ellos se comerán un par de cacerolas cada uno!

De vuelta al estadio, y tras una paradita para comprar unas cervecitas, se veía ya mucho más ambiente. Cuando entramos estaba todo casi lleno. Nuestros asientos eran los segundos más baratos, unos 30 euros, sillas normales que estaban en la parte de arriba del todo, pero aún así se veía bastante bien. En la zona de más abajo, hay cuadriláteros de tatami, donde la gente se lleva comida y bebida y están en familia disfrutando del día entre combate y combate.

Las reglas son bastante sencillas: la principal es que pierde el primero que salga del círculo o bien el primero que toque el suelo con una parte distinta de la planta de los pies (clave una rodilla por ejemplo). Además, es ilegal golpear con los puños cerrados ni tirar del pelo... En cada combate hay un árbitro y cinco jueces, que se reúnen en el centro del ring en caso de que la cosa esté dudosa.

En el Sumo hay tanto de deporte como de tradición y de religión. Por ello, hay un montón de rituales. Antes de comenzar el turno de peleas de las diferentes categorías, tiene lugar la ceremonia de entrada al ring, en la que los luchadores son presentados y van saliendo cubiertos con una túnica.

Posteriormente, está la ceremonia de entrada del Yokozuna, el campeón, quien hace una danza propia. Parece mentira que tengan tanta flexibilidad y se puedan mover tan rápido...

Antes de los combates principales, sólo de los que tienen lugar entre los luchadores más importantes, salen con carteles, que no son otra cosa que publicidad... curiosamente unos de los que más parece que paga es McDonalds!

El combate en sí, dura poquísimo... a veces 3 segundos, a veces medio minuto... sin embargo, desde que salen los luchadores al ring hasta que empieza el combate hay de nuevo un montón de rituales:

Salen cada uno por una esquina, y van al centro del ring, allí levantan las piernas, dan una palmada y levantan las manos... todo ello para mostrar que no llevan armas y espantar a los malos espíritus.

Posteriormente vuelven a su esquina, y al volver al centro del anillo esparcen sal, con el mismo motivo.

De nuevo frente a frente, hacen diferentes gestos, y lidian una batalla psicológica... de nuevo vuelta a la esquina, mismo ritual con la sal...

... y finalmente el combate comienza cuando ambos sitúan los dos puños contra el suelo, justo en ese momento se produce la carga inicial... 200 kilos chocando de frente...

De ahí al final del combate ya os digo... sólo segundos, pero realmente emocionante y con la gente gritando entregadísima!

Fue una experiencia genial... en mi vida he hecho más fotos a tíos gordos y feos, pero la verdad que todo el mundillo que lo rodea tenía un toque especial!

4 comentarios:

  1. No se como se ponen tan gordos , solo coméis helechos y tréboles... en tres meses allí, ¿no se echa de menos ya un buen txuletón?

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  2. mmm que sexys!!! jaja
    jooo que divertido!! pues yo con lo que leí también, me pensaba que ese plato que comen los luchadores era en plan explosivo jeje

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  3. La comida japonesa está cojonuda, pero si es verdad que algo de carne se echa en falta! en cuanto aterricemos nos vamos a Segovia de comilona y me zampo un cochino entero!!!

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  4. pareja!!
    q tal??
    con eso de que ya hemos estado por ahi, he levantado la restriccion al blog! asi que no se muy bien como va esto, si lo leereis o no, pero bueno!
    me ha flipado lo del sumo...menos mal que no tuvimos oportunidad de ir, porque no me lo podria perdonar! Me hace mucha gracia que vierais a los luchadores por ahi, como si nada.. igualito q por aqui!jeje
    a la vuelta ya me enseñareis el resto de fotos de tios gordos, porque me ha molado mucho!! ya tengo excusa para volver por alli otra vez!!jeje

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