martes, 20 de abril de 2010

Shimbashi: territorio "salary man"

Shimbashi es una de las estaciones de la línea Yamanote, y se localiza en el sureste, muy cerca de Ginza. Además, confluyen otras líneas de tren y metro, y desde allí parte la línea Yurikamone, que lleva hasta Odaiba.

El panorama es muy diferente a uno y otro lado de la estación, siendo cada uno de ellos protagonista durante una parte del día.

Por las mañanas las salidas del tren se llenan de trabajadores que se dirigen hacia el lado este de la estación. En este lado, se acumulan gigantescos edificios de oficinas que acogen miles de trabajadores. En concreto, destaca la zona de Shiodome, que alberga numerosos rascacielos, y que unido a las vías de la Yurikamone sobrevolando entre los edificios, hace que posea uno de los toques más futuristas de Tokio.


También en esta zona, caminando en dirección a la bahía, se encuentra Hamarikyu Koen, uno de los numerosos parques que se encuentran en Tokio. En algunos de ellos, como éste, hay que pagar por entrar, pero son menos de 2 euros, que merecen la pena. Puedes encontrar un resquicio de paz dentro de la gran urbe, con sus lagos, sus salones de té, los jardines perfectamente cuidados, y los árboles podados haciendo bonitas formas. Sin duda, lo que impacta de Hamarikyu, es todo lo anterior, con el escenario de los rascacielos de fondo... y si a ello le unes el sol y el sakura os podéis imaginar el espectáculo!



Cuando la jornada laboral va llegando a su fin (no tan tarde como nos creemos!), la actividad se va trasladando hacia el lado oeste de la estación, y en concreto a las calles anexas a la salida de Karasumori, que desde las 18:00 de la tarde se convierte en una auténtica romería de "salary man" en busca de izakayas, pachinkos y clubes, hasta que los relojes avisan de la llegada de los últimos trenes entre las 00:00 y la 01:00.



En realidad en este lado, lo chulo son unas cuantas callejuelas, repletas de izakayas que por lo general son bastante cutres, y en los que prácticamente es imposible encontrar mujeres... Extranjeros ni uno, y restaurantes en los que encuentres si quiera carta en inglés muy muy pocos. Por ello, para mí es una de las zonas más auténticas de Tokio, donde los neones y las calles destartaladas, se entremezclan con los olores a y los humos provenientes de los bares, y todo ello es animado por el desfile de grupos de "salary man" con una cervecita de más.




"Salary man" es el nombre que se utiliza para describir a los empleados de oficina. Es tal el número de ellos, que incluso existe un verbo en japonés que significa trabajar, pero sólo si eres salary man. Es decir, si alguien trabaja como profesor o jardinero, por ejemplo, se utiliza otra palabra.

Todos ellos cumplen un patrón de estética muy parecido. El 90% de los casos su indumentaria es muy similar: traje oscuro, normalmente negro, camisa blanca y corbata oscura. Sin duda la falta de color llama la atención... pero el toque distintivo, lo que no puede fallar en un auténtico "salary man", es su maletín. No me refiero al portátil, si no a maletines o bolsos, en algunos casos de marcas exclusivas como Louis Vuitton en los que se pueden gastar hasta 700 euros, y que son el más fiel compañero de todos ellos. Hasta en los anuncios del tren los caracterizan así!


Durante el día, todos ellos se someten a la disciplina que se les exige en sus determinados puestos, con actitud seria y responsable, exhibiendo la importancia que el trabajo tiene dentro de la escala de valores para los japoneses. Sin embargo, al salir de la oficina es el momento de relajarse, y muy habitualmente, casi a diario, muchos de ellos acuden con los compañeros de trabajo a cenar, a clubes de chicas de compañía, y sobre todo a beber... ya que el alcohol es el principal agente desinhibidor dentro de la vida japonesa.


A diferencia de la concepción del alcohol que existe en España y casi en toda Europa, en Japón, el hecho de que una persona salga de trabajar y se vaya a emborrachar con los compañeros, tenga la edad que tenga, no es que esté mal visto, si no antes al contrario, se entiende normal e incluso necesario para poder deshacerse durante un tiempo del corsé de las reglas y las obligaciones. Es más, dentro del mundo laboral, es un factor estratégico. Hay determinadas conversaciones, que no se tienen nunca en el entorno de la oficina, si no en estos momentos de relajación, en los que se comunican las inquietudes, se discuten las preocupaciones, y se afianzan las relaciones. Eso sí, al día siguiente, de nuevo en la oficina, vuelta a la normalidad como si nada hubiera pasado.

Así, es común a diario en las zonas cercanas a las oficinas y en las estaciones de tren (Shimbashi seguramente sea la más representativa) ver grupos de hombres de 40 ó 50 años, rojos como tomates, con la sonrisa de oreja a oreja, hablando en tono elevado, dando tumbos de lado a lado y abrazándose unos a otros. Es sin duda la otra cara de Japón.. y realmente impacta!



Seguramente sea el contrapunto necesario para que durante el día sean capaces de acatar las normas y los deberes de manera tan disciplinada. Por otro lado, hay que decir que el alcohol no provoca en ningún caso violencia o peleas... nadie se mete con nadie ni molesta a nadie...

Por ello, a la hora del último tren, sobre todo los viernes, puedes encontrarte con imágenes muy graciosas de gente con un pedo de colores que o no se tienen en pie y no son capaces de llegar al último tren, o que se quedan dormidos en el tren hasta que llegan a despertarles.



Éste es el más crack! esto no es común de ver!



Lo peor que les puede pasar es que tengan que quedarse dormidos abrazados a su maletín en la estación, hasta que pase el primer tren. Incluso en esos casos, nadie dice nada y nadie molesta a nadie...

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