viernes, 5 de febrero de 2010

Nikko

Se nos había quedado en el tintero contaros nuestra visita a Nikko. En realidad fue el año pasado, a finales de Diciembre, acompañados de Chofo y Olalla, así que no lo tenemos muy fresco en la memoria.

Dicen que si no tienes tiempo de ir a Kioto y quieres empaparte de la cultura de los templos, la mejor opción es acercarte a Nikko, uno de los imprescindibles de cualquier ruta en Japón, se puede decir que en los alrededores de Tokio, unque en el tren de pobres nos llevo unas dos horas y media.

Andando en dirección a los templos desde la estación, la primera parada obligatoria es el "Shinkyo" o puente sagrado, las vistas al fondo son una maravilla...

A pocos metros, se comienza a subir hacia la zona de templos. Por 1300 yenes (unos 10 euros) compramos un ticket combinado que te permite acceder a algunos jardines y a todos los templos.

Hay muchísimos por todos los lados, y en algunos de ellos se podían ver monjes celebrando ceremonias o haciendo de guías en el interior a los grupos de visitantes...

Desde esta "torii" se accede a Toshogu, el santuario principal, que es en realidad un complejo de con multitud de templos, todos ellos muy recargados y dominados por los tonos dorados.

Es muy curiosa la decoración en uno de ellos, con un relieve en madera de tres monos que representa tres principios budistas. Los japoneses hacían cola para sacarle una foto!

A parte de el número de templos, lo que lo hace realmente bonito es el entorno... en la montaña, rodeado de árboles por todos los lados...

...eso sí, tanto bosque y tanta montaña hace que haga un frío del carajo, de hecho suele estar nevado en invierno... y lo mejor es que para entrar en cada templo te tienes que quitar los zapatos e ir andando descalzo... a poco se nos caen los pies!

Después de patearnos hasta el último templo, y principalmente por el frío que hacía decidimos marcharnos de vuelta a Tokio, aunque aún tuvimos tiempo de comernos el peor ramen que he probado desde que estamos en Japón... pero bueno, al menos calentó el cuerpo...

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